Mucho ojo con la ordenanza municipal que pretende sancionar a quienes compren a vendedores ambulantes (nicho de delincuentes)con altas multas. Esto huele a la famosa ordenanza de alcoholes que acabó con la carrera del ex alcalde Ulloa y que se puede convertir en la lápida de la alcaldesa si no se redactó ni implementa adecuadamente, en especial por estar demasiado arraigado en el penquista común y corriente el comprar en el comercio informal (especialmente frutas, verduras)
jueves, 3 de enero de 2008
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